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lunes, 18 de julio de 2011

Las tierras de la casa Tíndalos

Aunque en esta zona el bosque no es tan agreste como en zonas más internas del Bosque Real, ni tan abrupto como en lugares más adentrados de los montes, desplazarse por las tierras de Pesadilla es trabajoso y lento, dificultado más por las malas condiciones en que están los caminos. Los dos caminos principales (el camino de la mina y el camino del río) permiten el tránsito de las mulas y burros que utilizan para el transporte, pero los caballos montados corren el peligro de romperse una pata, si la meten en los muchos agujeros que tiene el terreno, si no los guía un hábil jinete. Los caminos secundarios son prácticamente impracticables con animales de carga, e imposibles con caballos. Las carretas tiradas por mulas, que se suben hasta la aldea el hierro extraído de la mina, tienen que ser ayudadas en los tramos más complicados (que no son pocos) por los muleros.


Se tarda unas 5 horas en hacer los 20 kilómetros que separan la mina de la fortaleza (en ambas direcciones) o en recorrer el camino del río. Las carretas cargadas de subida y las descargadas de bajada (porque tienen que ir frenando) tardan el doble de tiempo.

El río pesadilla, a pesar de su nombre, es navegable aunque en algunos tramos requiere de la pericia de los barqueros para esquivar alguna roca traicionera o peligroso remolino. El descenso es rápido y la ascensión es trabajosa requiriendo de todo el esfuerzo de los remeros. En 2 horas se puede llegar por el río desde la aldea hasta las tierras de los Greenhill, en cambio se necesita toda una jornada (con paradas por el camino) para remontar la corriente.

Para cruzar el río en el camino de la mina hay un trasbordador, ya que el último puente que había se lo llevó una crecida hace un par de años y no se ha vuelto a construir otro.

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